miércoles, 6 de marzo de 2013

Últimamente por aquí...

El invierno aquí es más largo que un día sin pan. 
Echo de menos esos días en enero o en febrero en los que aún con jersecito, daba para salir a mi patio de Calera a tomar una cerve antes de comer. Aquí no te quitas las orejeras, los guantes y la bufanda para nada, a no ser que quieras morir de frío. Y lo peor es que la gente de aquí dice que no está siendo un invierno frío. Están locos o tienen un problema de temperatura corporal? Yo voy con más capas que una cebolla, y voy congelada por la calle...

Aprovechando las nieves, hace un par de semanas fui al norte del estado de NY, a esquiar, más concretamente a Hunter Mountain. Antes de nada, decir que la nieve de aquí es muy hielosa, no es un colchoncito mullido. Como era mi primera vez, me decidí por snowboard, en lugar de esquí, y yo, nada loca, cogí una clase con un profe. Ahí todo bien, posturita del cuerpo, como girar, como frenar... Se acaba la clase, y hala, al telesilla con un amigo que también tomó la clase conmigo. Patapún. Primer guantazo al bajar del telesilla. Eso no era nieve. Era hielo puro y duro. Bueno, no pasa nada, me levanto toda digna y me voy para la parte de nieve, a atarme el otro pie a la tabla. Ya con los dos pies empiezo a bajar medio a trompicones y ahí me doy cuenta que la parte "frenar" de la clase, no la he comprendido muy bien. Voy cogiendo velocidad y velocidad y ahí ya si que patapún chin pún. Un hostión monumental, digno de humor amarillo. Me quedo tumbada boca arriba, llorando, sin poder moverme, pensando que me he roto el coxis y la espalda, esperando que venga a buscarme un helicóptero, los geos, los swat o cualquier otro cuerpo de élite. Como a los 10 minutos no viene nadie, salvo una chica que ha visto el piñazo, a preguntarme qué tal estoy, pero poco más, me medio siento a quitarme la tabla, y a bajar lo que me queda, llorando, cojeando y tiritando. Y ahí, 2 horas después de haber llegado, se acababa mi experiencia snowboardiana.



Al día siguiente, andando como Fraga, repetí, volví a caerme de culo y volví a bajar andando lo que me quedaba de pista. 
Han pasado 2 semanas y aún me duele el coxis. Pero he de decir, que repetiré. Es un país muy grande, con muchas zonas montañosas, así que el invierno que viene, que se preparen las pistas!

En otro orden de cosas, mi poliglotismo no tiene fronteras. A las clases de francés y chino, tengo que sumar las de italiano que empiezan el lunes. A todo esto, las clases lógicamente son del idioma que sean al inglés, con lo cual, voy a tener un jaleo en la cabeza, que ya no sé ni en qué voy a hablar. Pero bueno, el saber no ocupa lugar...

Esta tarde, voy con una amiga a Staten Island. En realidad no vamos a nada, solo a coger el ferry hasta allí y luego volvemos. Si alguien quiere ver la estatua de la libertad, lo recomiendo. Es un ferry gratuito que sale de Battery Park cada media hora o 20 minutos, según la hora. Según se aleja de Manhattan, el ferry tiene unas vistas muy bonitas de Manhattan. Yo la verdad lo prefiero a los ferrys que te cobran 30 dólares por llevarte a la estatua de la libertad. Luego allí qué haces? Si la isla es tan pequeña que no entran una persona y la estatua en la misma foto! Por las mañanas hay turistas, que ya se lo van sabiendo, y se llena la cubierta exterior para hacerse fotos. Por la tarde, entre que hay menos gente y que se puede ver atardecer, y cómo se va iluminando Manhattan de noche, yo lo recomiendo más, la verdad.



También iré a un festival de cine francés que hay aquí del 1 al 11 de marzo. En  Lincoln Center y en el cine IFC. Rendez-vous se llama el festival, y me lo ha recomendado mi profe de francés. Así que con la de cosas culturales que hay que hacer por aquí, habrá que aprovechar!

Y de momento, eso es todo amigos. Seguiré contando mis peripecias.

See u later alligators!

1 comentario:

  1. Tienes una sorpresa en http://lapompaquerie.blogspot.com.es/

    Espero que te guste!!!! Sigue asi

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